Relieve apalachense

El relieve apalachense es un relieve antiguo en el que el plegamiento por los movimientos alpinos motiva la erosión diferencial, es decir, crestas de materiales resistentes (cuarcitas) y depresiones (pizarras y esquistos). Su nombre se debe a la cordillera de los Apalaches (EE. UU.) aunque se encuentra en muchos otros lugares.
Se produce de la siguiente manera: En primer lugar, para que se produzca este relieve, nos encontraremos con una cadena montañosa con pliegues de tipo jurásico (pliegues autóctonos, es decir, que los materiales no han sido desplazados de su lugar original) y sobre los actúa la erosión. En segundo lugar, al estar la cordillera erosionada, la zona comienza a acumular sedimentos hasta cubrir por completo los restos de pliegues bajo un espeso manto de margas arcillas y limos. En tercer lugar, la zona vuelve a ser una superficie de erosión, pero ahora lo que se erosiona es ese manto de sedimentos que se había formado anteriormente. Conforme van desapareciendo los sedimentos se comienzan a ver restos de los antiguos pliegues y, al ser materiales más duros, resisten mejor la erosión y terminan quedando en resalte.
Las formas mas características de este relieve son las crestas y los surcos. Las crestas son los restos de los antiguos flancos que formaban el anticlinal (tienen una altura similar a lo largo de ella) y los surcos son depresiones entre cresta y cresta. Presentan dos alturas, los más bajos se corresponden con los sinclinales y los más altos con los anticlinales (antiguos).
Algunos ejemplos en España se pueden observar en las montañas entre Asturias y Galicia, en los Montes de Toledo y en la Comarca de las Villuercas (Cáceres).




Mónica Caballero Delgado

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